lunes, 11 de noviembre de 2013

¿VENEZUELA: HACIA UNA HIPERINFLACIÓN?

El profesor  P. Cagan en  su famoso artículo de 1956 “The Monetary Dynamics of Hyperinflation” fue pionero en el  abordaje del proceso hiperinflacionario, y su trabajo ha servido de guía en la identificación de la mayoría de las hiperinflaciones ocurridas durante el siglo veinte; según este autor la hiperinflación es un fenómeno que se inicia cuando la inflación excede el valor de 50% mensual  y termina en el mes anterior a aquel en que la inflación cae por debajo del 50% y se mantiene así por el período de un año. En un sentido estricto Venezuela se encuentra muy lejos de esta cota, de hecho el mayor nivel de inflación mensual durante los últimos dos años ha sido de 6.1% y ocurrió en Mayo de este año, de allí que debamos descartar -según esta definición- el que Venezuela este en la actualidad en medio de un proceso hiperinflacionario[1]; más aún ni siquiera se nos podría catalogar de una nación con una muy alta inflación, la cual tiene lugar cuando los países alcanzan una inflación anual del 100% o más. Con una inflación que muy probablemente termine  alrededor del 60% este año, Venezuela sería clasificada de un país de alta inflación. Y si bien es posible descartar el estar transitando un proceso hiperinflacionario , no es descartable el que se estén dando en Venezuela actualmente las condiciones para el desarrollo de un proceso hiperinflacionario en el mediano plazo.

En la década de los ochenta del siglo pasado cuatro países latinoamericanos fueron azotados por el fenómeno de la hiperinflación, a saber: Argentina, Brasil, Bolivia y Perú; las experiencias que atravesaron estas naciones  proporcionaron a la profesión económica un enorme caudal de conocimientos, acerca del efecto negativo que tiene sobre la sociedad el crecimiento explosivo de la inflación, en todos estos países los desequilibrios en lo económico, lo político y lo social fueron profundos, siendo dificultoso aún en la actualidad el poder establecer en qué medida la combinación de estos diferentes factores pudieron haber contribuido al estallido hiperinflacionario, sin embargo hay un denominador común que tanto la teoría como la evidencia empírica[2]  obtenida de estas experiencias, parecen sugerir como uno de los principales disparadores de un episodio hiperinflacionario: la existencia de un persistente y creciente déficit presupuestario financiado monetariamente.  El financiamiento monetario del déficit ocurre cuando el gobierno toma prestado del Banco Central, es decir, cuando el gobierno paga sus obligaciones  imprimiendo dinero.

La forma no inflacionaria de financiar el déficit presupuestario suele ser a través del endeudamiento externo o interno, el primero de estos suele desaparecer cuando los acreedores externos determinan que la probabilidad de incumplimiento comienza a ser elevada ante el crecimiento de la deuda y la persistencia de inestabilidad en lo macroeconómico; en el caso Venezolano -en números- no se evidencia una fuerte dependencia del endeudamiento externo, obsérvese que durante el período del boom de los precios del petróleo 2005 – 2008 la deuda externa pública bruta del gobierno central disminuyó en promedio a razón del 1.4% interanual, mientras que para el período 2009 – 2012 esta creció a razón del 8.9% interanual. Una de las razones por las cuales el gobierno no ha recurrido con fuerza al endeudamiento externo, estriba en que los mercados mundiales le exigen tasas de interés elevadas para las emisiones de deuda, dada la percepción de riesgo que se tiene en lo económico acerca del país, derivada de la falta de organicidad de las políticas económicas; se trata de un país con una inflación anualizada del 54% a Octubre 2013, con restricciones severas a los movimientos de capitales, con un ejecutivo enfrentando una enorme carga de pasivos, con indefinición en cuanto al respeto por la propiedad privada, y lo más importante con muy escaza productividad interna, que es finalmente lo que determina la capacidad de honrar compromisos por parte de un país, todo esto compromete la viabilidad del endeudamiento externo. De hecho, hace muy poco el gobierno tuvo un enorme revés cuando acudió a China por recursos externos.

 En cuanto al endeudamiento interno este debería ser un mecanismo para permitirle al gobierno ganar tiempo mientras decide que políticas seguir en cuanto al déficit, si aumentar impuestos o reducir gastos, cuando se lo utiliza de manera sistemática como medio de financiamiento se convierte en un mecanismo que desplaza inflación presente por inflación futura, ya que financiarse a través de bonos conlleva el pago de intereses los cuales pasan a ser parte del presupuesto y terminaran abultándolo a lo largo del tiempo, dependiendo de la intensidad con que se recurra a este tipo de endeudamiento; nótese que durante el período 2005 -2008 de enormes ingresos petroleros el endeudamiento interno del gobierno central decreció a una tasa media interanual de 3.3%, mientras que para el período 2009 – 2012 este creció a una tasa media interanual del orden del 68.7%, lo que deja ver la fuerte dependencia del endeudamiento doméstico como medio de financiamiento del déficit presupuestario. 

Por ejemplo cuando PDVSA emite pagares para financiar la compra de bienes y servicios y el Banco Central compra estos pagares, dado que PDVSA es una empresa del estado, implícitamente el gobierno está financiando monetariamente su déficit presupuestario imprimiendo dinero. A esta ganancia en poder de compra -en términos reales- que obtiene el gobierno por imprimir dinero se le denomina Señoriaje[3]  y el siguiente gráfico muestra su evolución en el tiempo, así como la del déficit del sector público consolidado restringido[4]  durante el período 2005 – 2012:

Fuente: BCV y Cálculo Propio.

Obsérvese como durante el sub período 2006 – 2008 en que tuvo lugar el boom de los precios del petróleo, el señoriaje disminuyo y el déficit del sector público consolidado se mantuvo estable alrededor del 3% del PIB, mientras que para el sub período 2009 – 2012 se observa un déficit recurrente y creciente y en línea con esto, el señoriaje pasa de 8.4% del PIB en 2010 a 17.5% del PIB en 2012; es interesante destacar que previo a los estallidos hiperinflacionarios ocurridos en Argentina, Brasil, Bolivia y Perú, estos países exhibieron un señoriaje medio anual del orden del 12% del PIB, y para el caso Venezolano este promedió para el sub período 2010 – 2012 un 12.5%. Este financiamiento monetario del déficit y los excedentes monetarios que trae consigo: (i) desatan presiones inflacionarias en un sector real con poca capacidad de respuesta productiva, dada la débil demanda de inversión por parte del sector privado, (ii) impone presiones de demanda sobre el mercado paralelo y (iii) acelera la pérdida de reservas internacionales a través de la cuenta corriente.

El trabajo del profesor P. Cagan es valioso por establecer en firme la conexión entre déficit presupuestario persistente y creciente, el financiamiento monetario del mismo  y el consecuente  desarrollo de una hiperinflación. El gráfico anterior muestra un déficit persistente para el período 2009 – 2012 con un crecimiento estimado del 15% del PIB para 2012, por ende, de mantenerse esta tendencia y los desequilibrios macroeconómicos que la impulsan -según el trabajo de P. Cagan- estamos en evidente peligro de sucumbir a un estallido hiperinflacionario en los próximos dos años, riesgo que se incrementa si el gobierno recurre de nuevo a una devaluación con fines recaudatorios el próximo año. Ahora bien, ¿existe en la actualidad algún indicio de que el gobierno ralentizará el financiamiento monetario del gasto? No pareciera, el ejecutivo tiene la pesada carga de empresas estatales que sólo arrojan pérdidas y tiene que seguir financiándolas y satisfaciendo los incrementos salariales que sus trabajadores exigen, tiene que seguir subsidiando el precio de los bienes públicos -electricidad, transporte público, gasolina, telefonía, etc.-, posee un gasto social enorme que en muchos casos no logra los objetivos, dado que no existen mecanismos de monitoreo que permitan evaluar la efectividad de los programas, una recaudación tributaria que en términos reales está cayendo dado el elevado nivel de inflación, y una factura petrolera que no aumenta y es insuficiente en bolívares para un estado que cada día más asume para sí, actividades que en su momento pertenecieron al sector privado.

En la actualidad los países latinoamericanos pasaron la prueba de la inflación, la prueba de la organicidad en lo macroeconómico y sería terrible que Venezuela, un país que impulso muchos de los cambios en lo político ocurridos en la última década en las regiones del sur, un país dotado de inmensos recursos, terminase siendo devastado por un episodio hiperinflacionario, hoy en día conocemos mucho acerca de las consecuencias sociales de este tipo de fenómeno, y es la sociedad Venezolana en conjunto la que tiene el deber de evitarlo.

 [1] Según la definición clásica de P. Cagan.
 [2]Ver Jeffrey D. Sachs, Developing Country Debt and Economic Performance, National Bureau of Economic Research, vol. 2, 1990.
[3]Este se calcula como la variación de la base monetaria entre el PIB nominal.
[4]Está conformado por: Gobierno central, Pdvsa, muestra de empresas públicas no financieras, Ivss y Fogade.

martes, 22 de octubre de 2013

CÓMO ESTÁ SU BANCO?

LA BANCA EN EL 2do TRIMESTRE 2013

Este análisis explicita el contenido del gráfico “Cómo está su Banco”; visible tanto en el menú como en el Observatorio Bancario del blog. Tanto el análisis como el gráfico fueron la resultante de una aplicación del Método de Componentes Principales en tres Dimensiones.

GENERALIDADES

Al final del 2do trimestre 2013 y según los indicadores del CAMEL[1]  tenemos una banca en lo fundamental con dos características esenciales (i) mucha liquidez y (ii) baja morosidad. Sin embargo, en relación con el bajo nivel de morosidad ha de tenerse en cuenta que para cierto sector de la banca, este resultado se explica por su muy baja exposición al riesgo de crédito, ya que en estos la mayor parte de sus activos productivos están conformados por títulos valores y muy poca actividad crediticia (Ver gráfico de Activos Productivos).

BANCOS POR ENCIMA DEL PROMEDIO[2]

Agrupa aquellos bancos que presentan un desempeño positivo -por encima del promedio- en la mayor parte de los indicadores y las dimensiones del CAMEL[3] .

En este grupo ubicamos los bancos: Provincial, Venezuela, Mercantil, Banesco, Bancaribe, Exterior y Plaza. Estas instituciones presentaron al 2do trimestre 2013 los más altos niveles de rentabilidad del patrimonio, muy por encima del promedio del sistema bancario cuyo valor fue de 45.3%. También se trata de bancos cuyos activos productivos cubren con holgura  los pasivos con costo: destacando Bancaribe y Exterior[4] . Son instituciones con muy bajo índice de morosidad  por debajo del valor medio del sistema de 1.06%, pero en estos bancos -a diferencia de otros- ello equivale efectivamente a una muy buena gestión del riesgo de crédito, ya que en los activos productivos de gran parte de estas instituciones la participación de los créditos vigentes y reestructurados supera el 60% (Ver gráfico de Activos Productivos), lo cual es validado por el elevado margen de intermediación que como grupo promedió un 58.9%, cuando el promedio de la banca fue de 49.6%. Son bancos con niveles de activos improductivos respecto del patrimonio -activos que no generan renta- algo por encima del promedio de la banca de 230.1%, ya que en conjunto alcanzaron un nivel del 245.3% en el indicador, vale destacar que este grupo concentra el 63% de las disponibilidades[5]  -activos que por su liquidez son de disposición inmediata- del sistema, producto de la elevada liquidez que el sector bancario presenta en la actualidad y de la confianza que el consumidor tiene en estas instituciones, esto lo ratifica el hecho que este grupo de bancos acumula el 39.4% del total de las captaciones del público al 2do trimestre 2013.

BANCOS DENTRO DEL PROMEDIO

Estos son bancos que  muestran un comportamiento relevante positivo o moderadamente negativo sólo en algunas dimensiones o indicadores del CAMEL (ver nota [3] a pié de página), mientras en las otras dimensiones  se comportan como el promedio de la banca.

Este grupo comprende los bancos: Tesoro, Citibank, Banplus y Activo. Son bancos con un saldo positivo en la dimensión Gestión Administrativa, pues son los de mayores activos productivos en relación con los pasivos con costo y el banco del Tesoro presentó adicionalmente los más bajos costos de transformación[6]  en relación con el activo productivo medio, y también se trata de instituciones con destacado comportamiento en la dimensión Patrimonio, ya que la solvencia patrimonial estuvo en el orden del 19.06%, 16.95%, 11.2% y 15.61%  siendo el promedio de la banca de 13.8%. Aunque mostraron en Rentabilidad un cometido cercano al promedio de la banca -ya que la rentabilidad patrimonial del grupo fue de 43.1% versus un promedio del sistema de 45.3%- a nivel individual Banplus y Tesoro alcanzaron niveles del 66.4% y 57.5% respectivamente en el indicador. En relación con la Liquidez  vale la pena destacar que los bancos Activo y Banplus  se ubicaron por debajo de la media del sistema, de acuerdo con el índice de liquidez ampliada y la prueba súper acida de la liquidez.

BANCOS POR DEBAJO DEL PROMEDIO

Aquí se agrupan aquellos bancos que mostraron un desempeño por debajo de la media del sistema en algunas dimensiones o indicadores del CAMEL, comportándose como el promedio de la banca en las otras dimensiones.

Este grupo comprende los bancos: BOD, Corp Banca, Fondo Común, Sofitasa, 100%Banco, Del Sur, Nacional de Crédito Caroní y Venezolano de Crédito. Y dentro de ellos se puede apreciar la existencia de dos subgrupos claramente definidos, el primero de ellos compuesto por los bancos BOD, Corp Banca, Nacional de Crédito, Sofitasa y Fondo Común  en principio comprometidos en Gestión Administrativa ya que -salvo el banco Nacional de Crédito- presentan  los más bajos niveles en activos productivos respecto de los pasivos con costo, y si bien poseen brecha positiva parecen estar reflejando el peso de los pasivos con costo en su desempeño. Por otro lado, salvo Fondo Común mostraron bajo desempeño en Rentabilidad del patrimonio con niveles del orden del 23.2%, 32.1%, 29.7% y 32% respectivamente si se le compara con el 45.3% del sistema bancario global. El segundo grupo está conformado por los bancos 100%Banco y Del Sur, los cuales presentaron niveles de liquidez por debajo de la media del sistema según el índice de liquidez ampliada y esto se acentúa en 100%Banco si se mide a través de la prueba súper acida de la liquidez, este resultado de sumo interés si tomamos en cuenta los elevados niveles de liquidez de que dispone la banca actualmente. Además en cuanto a gestión Administrativa, están por debajo de la media del sistema según el indicador activos productivos respecto de pasivos con costo en 19 y 63 puntos porcentuales respectivamente y con 100%Banco exhibiendo costos de transformación respecto del activo productivo medio de 9.3%, cuando la media de la banca se halla en 6.1%. Estas dos instituciones mantienen niveles de intermediación por debajo del promedio de la banca en 13 y 14 puntos porcentuales respectivamente,  lo cual se explica en parte por la baja participación de los créditos vigentes y reestructurados dentro de los activos productivos de estos bancos, del orden del 39% y 33% respectivamente, se trata de instituciones muy dedicadas a financiar el gasto público mediante la compra de títulos valores emitidos por el gobierno. El banco Venezolano de Crédito es un banco con elevada liquidez según la prueba súper acida y el índice de liquidez ampliada, pero es el segundo banco con los mayores niveles de activos improductivos de 388.3%, impulsado esto fundamentalmente por el peso de las disponibilidades -este banco posee el 3% del total de la banca- y adicionalmente es un banco con una muy baja rentabilidad del patrimonio de 6.6% cuando el sistema promedia 45.3%.Finalmente tenemos el banco Caroní, con rentabilidad del patrimonio por debajo de la media del sistema en 23.5 puntos porcentuales, y con un margen de intermediación de 19.8 puntos porcentuales por debajo del promedio de la banca; de sus activos productivos sólo el 34% es dedicado a la actividad crediticia y exhibe un índice de morosidad del 4.3% lo cual lo compromete dado que el sistema exhibe en la actualidad un nivel de morosidad media de 1.06%; se trata también de otro banco más cuyos activos productivos están dominados por la inversión en títulos valores, con un peso del 65%.  

BANCOS MUY POR DEBAJO DEL PROMEDIO[7]

Se trata de bancos que por su desempeño en el CAMEL deberían tomar medidas correctivas en el corto y mediano plazo, que los lleve a converger hacia la estructura de los bancos de comportamiento medio del sistema bancario. Son instituciones que podrían verse muy comprometidas si el estado de la macroeconomía se deteriorase aún más o el país sufriera un shock en los términos de intercambio.

En este grupo ubicamos a los bancos: Bicentenario e Industrial. Son bancos que destacan por el alto nivel de activos improductivos que poseen -aquellos que no generan renta- de un 788.5% y 308.1% respectivamente, mientras que el promedio de la banca gira alrededor del 230.2%, en el caso del Bicentenario se explica por el nivel de disponibilidades -este banco ostenta el 11.6% de las disponibilidades de todo el sistema-, de Bienes de Uso y de Otros Activos que posee, mientras que en el caso del Industrial se explica por el nivel de Disponibilidades y Otros Activos. Son bancos de muy baja Rentabilidad, ya sea que se mida mediante la rentabilidad del patrimonio, en la que presentan niveles de un 23.4% y 6% respectivamente, cuando la media del sistema es de 45.3%, o que sea medida mediante el margen financiero respecto del activo medio, exhibiendo en este caso valores del 5.07% y 6.05% siendo el promedio de la banca de 8.4%. Son las instituciones financieras con los más bajos márgenes de intermediación de toda la banca, de un 19.3% y 9.6% respectivamente, cuando la media del sistema es de 49.6%, lo cual descansa en el hecho de ser bancos en los que la participación de los créditos vigentes y reestructurados dentro de los activos productivos es de apenas el 28% y el 11% respectivamente, y para hacer la situación aún más crítica el banco Industrial posee un índice de morosidad del 7.2% (el promedio de la banca es de 1.06%), es decir, los pocos recursos que dirige a la actividad crediticia los coloca en proyectos de escasa o nula rentabilidad; es curioso que en momentos en que el gobierno está tan necesitado de incrementar la productividad interna de la economía, un banco del estrato grande como el Bicentenario dedique el 71% de sus activos productivos a la adquisición de títulos valores, y no al otorgamiento de créditos que financien el sector real. 

[1] Seguir el link (DATOS) para descargar los indicadores CAMEL utilizados en el análisis.
[2] Se trata del  promedio de cualquier indicador CAMEL respecto de toda la  banca.
[3] Solvencia Patrimonial, Calidad de Activos, Gestión Administrativa, Rentabilidad y Liquidez.
[4] La Brecha estructural respecto del activo medio de estos bancos supera en cerca de 8 puntos porcentuales  la media del sistema de 36.8%
[5] Componente importante de los activos improductivos.
[6] Gastos de personal más gastos operativos.
[7]Para el análisis del Banco Agrícola ver el artículo “¿Esta la Banca Sosteniendo el Crecimiento de la Economía?” en Cerosesgo Opinión

martes, 15 de octubre de 2013

¿ESTÁ LA BANCA SOSTENIENDO EL CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA?

Lo expresado en este artículo complementa en parte los resultados mostrados en el gráfico ¿Como Está su Banco?, publicado en el Estadísticas.

La banca puede apalancar el crecimiento de una economía sirviendo de intermediaria entre aquellos agentes que poseen excedentes monetarios, y los agentes que requieren de dichos recursos para iniciar, fortalecer o expandir proyectos productivos que generan empleo y actividad económica. Ahora bien, cabe preguntarse ¿en qué medida están haciendo esto los bancos en venezuela en la actualidad? El presente artículo busca contribuir en alguna medida a responder esta pregunta, y para ello nos apoyaremos en información de carácter oficial referida al 2do trimestre de 2013 generada y publicada por la Superintendencia de Bancos (SUDEBAN). Básicamente nos circunscribiremos al universo de la banca comercial y universal -pública y privada[1] - y nos serviremos de algunos indicadores financieros que permiten medir cinco dimensiones de la actividad bancaria: Solvencia, Calidad de Activos, Gestión Administrativa, Rentabilidad y Liquidez.

Lo primero a destacar es la abundante liquidez existente en la economía al 2do trimestre 2013, por ejemplo las disponibilidades -activos que por su liquidez son de disposición inmediata- de este sector de la banca han crecido en un 62% con respecto al 2do trimestre de 2012, más aún la mayor parte de la banca supera la prueba súper acida de la liquidez, este es un indicador exigente que mide la capacidad de una institución financiera para responder por las obligaciones a la vista, con sólo el efectivo del banco y los saldos de las cuentas corrientes mantenidas en otras instituciones financieras del país, pues bien, al 2do trimestre 2013 este indicador promedió un 27.83% y la mayor parte de la banca ronda o supera abiertamente este valor. Sería deseable que existiese proporcionalidad entre este caudal de recursos monetarios y el nivel de actividad productiva empresarial, pero pareciera no ser el caso, de ser así estaríamos observando un boom de producción en la economía venezolana. De hecho lo que se observa es una muy débil demanda de inversión en lo que va de 2013, ya que durante el 1er trimestre de este año la formación bruta de capital total creció en 9.5% -cuando en el 1er trimestre 2012 creció un 30.5%- y en el 2do trimestre 2013 la misma cayó en 2.9% -habiendo crecido en 14.2% durante el 2do trimestre 2012[2] -. En otras palabras hay desaceleración y caída en la demanda de inversión. 

¿Entonces que están haciendo los bancos en el momento actual con parte de estos recursos monetarios excedentarios no movilizados por la demanda de inversión? El siguiente gráfico responde en parte a la pregunta, este muestra la distribución porcentual de los activos productivos[3]  de la banca comercial y universal ( ver el gráfico), nótese como en el conjunto de bancos conformado  por  {Fondo Común, Activo, Agrícola, Sofitasa, Caroní, Del Sur, Bicentenario, Industrial} los activos productivos están dominados por la inversión en títulos valores, es decir gran parte de la liquidez que poseen estas instituciones está dirigida a la adquisición de estos instrumentos y no a la intermediación crediticia, el resto de la banca ha dirigido la mayor parte de su liquidez a la concesión de créditos. No es sorprendente que estos bancos -excluyendo al Industrial y al Agrícola- posean un índice de morosidad promedio de 1.39%, ya que su fuerte no es la concesión de créditos; más aún, el lector puede notar en el gráfico que las instituciones Caroní, Del Sur, Bicentenario e Industrial de Venezuela son prácticamente bancos de inversión, al representar los títulos valores el 65%, 67%, 71% y 87% de los activos productivos respectivamente. Es contradictorio que en momentos en que el gobierno habla de una guerra económica y de su compromiso con el estímulo a la producción nacional, en un banco público perteneciente al estrato grande como el Bicentenario la cartera de créditos sólo represente el 28% de sus activos productivos, mientras que en el banco de Venezuela -su homologo- la cartera de créditos representa el 65% de sus activos productivos.

La inversión en títulos valores por parte de una institución financiera no es mala per se, el problema es que en Venezuela no se puede hablar en sentido estricto de la posibilidad de conformar una cartera de inversiones, ya que los valores a los que pueden acceder los bancos en su mayor parte son emitidos por el gobierno, obsérvese que a Junio de este año el 80% de las inversiones en títulos valores eran de origen estatal, mientras que el 20% provinieron del sector privado; y dado que el mercado de capitales interno tiene escaso peso y profundidad y adicionalmente la cuenta de capitales está cerrada debido al control de cambio, los bancos están imposibilitados de conformar carteras de inversiones diversificadas, en realidad el riesgo de contraparte[4]  al que se están enfrentando los bancos mencionados anteriormente no es despreciable, ya que aunque suene repetitivamente trivial estas instituciones están colocando todos los huevos en una sola cesta, ya que un shock en los términos de intercambio en el mediano plazo podría comprometer la capacidad del gobierno[5] , para honrar los compromisos que la emisión de estos títulos emitidos conlleva.

No se debe perder de vista que la estabilidad del sistema bancario está íntimamente ligada a la confianza que el público deposita en las instituciones financieras, y el pánico financiero generado por algunos bancos mal gestionados, puede poner en peligro a las instituciones más sólidas.

Como bien se pudo ver en el grafico anterior, en cierta parte de la banca la conformación de los activos productivos viene determinada esencialmente por la actividad crediticia, lo que nos conduce a la siguiente pregunta ¿qué sectores de la actividad económica están siendo beneficiados con los créditos concedidos por estos bancos?, parte de la respuesta se encuentra en el siguiente gráfico (seguir link  para ver el gráfico) el cual muestra la distribución porcentual de la cartera de créditos por destino económico de la banca objeto de análisis en este artículo; en primer lugar el gráfico aporta evidencia respecto de la tesis esbozada en otra parte del artículo en relación con la baja productividad interna, pues allí se destaca que el peso del sector manufacturero dentro de la cartera de créditos ronda en promedio apenas entre el 9 y el 10%, aunque vale destacar que el banco del Tesoro y el banco de Venezuela -ambos de capital estatal- dedicaron un 26% y 15% de sus créditos a la actividad manufacturera respectivamente; por otro lado, se aprecia que la mayor oferta de créditos fue dirigida hacia la actividad comercial y el consumo, note que el sector comercio está relacionado fundamentalmente con la venta minorista de aparatos y equipos domésticos, productos textiles, prendas de vestir, calzado y artículos de cuero, ferretería, pintura, vidrio, alimentos, bebidas y tabaco, productos farmacéuticos y medicinales, así como la venta al mayor de materiales de construcción, combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, productos intermedios, maquinarias, equipos y materiales; sector que en la actualidad depende en gran medida de la actividad importadora. Vale la pena notar que bancos como el Plaza, Nacional de Crédito, Banplus y 100%Banco han dirigido más del 60% de sus créditos al sector comercial.

Y el segundo mayor destino del crédito está dirigido al consumo a través de tarjetas de crédito y la adquisición de vehículos; se puede observar que los bancos Banesco, Mercantil, Provincial, Corp Banca  y Citybank, son los de mayor peso dentro de este sector, comentario aparte merece el banco Industrial de Venezuela, quien dirigió el 48% de sus créditos hacia este sector –recuérdese que sólo el 11% de los activos productivos de este banco son dedicados a la actividad crediticia.

ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DEL BANCO AGRÍCOLA.

El banco agrícola de venezuela -de capital estatal y ubicado en el estrato pequeño de la banca- fue creado con la finalidad de fomentar el financiamiento agrícola y coadyuvar al desarrollo agrario nacional, específicamente está abocado a satisfacer los requerimientos de los sectores agrícola vegetal, animal, pesquero, forestal y acuícola. Sin embargo la información financiera disponible parece sugerir que el banco no está consiguiendo las metas para las que fue creado:En principio el 56% de los activos productivos de la institución están colocados en títulos valores del gobierno, y si bien con esto está financiando el gasto del gobierno central, el banco no fue creado para ello, sino para actuar directamente en el financiamiento y promoción del sector agrícola.
  • Es un banco con debilidades en cuanto a liquidez, en la prueba súper acida de la liquidez tiene un puntaje de 10.17% la más baja de la banca y muy por debajo del promedio global de 27.8%, así mismo el índice de liquidez ampliada -que mide la capacidad del banco para cubrir sus pasivos a corto plazo mediante los activos de corto plazo- es de 10.1% muy por debajo del promedio de los bancos considerados de un 21.5%.
  • El índice de morosidad es del 12% cuando el promedio de la banca es de 1.06%, revelando la incapacidad de la institución para identificar proyectos agrícolas productivos. 
  • La rentabilidad de la cartera de créditos es de apenas 5.32% mientras el promedio de la banca es de 18.6%, y la rentabilidad del patrimonio es de 2.7% muy por debajo del promedio global de los bancos universales y comerciales de un 45.3%. Por otro lado el margen de intermediación es de 349%,  es decir, el banco comienza a comprometer el patrimonio en el otorgamiento de créditos que no han mostrado ser rentables.
El gobierno no debería permitir que un banco bandera en el fomento de la actividad agrícola llegue a este nivel desempeño, con ello muestra su permanente renuencia al cambio de rumbo, a la rectificación y explica en parte el fracaso de sus políticas en todo lo relacionado con el agro. Pareciese que las autoridades encargadas del manejo económico, estuviesen en un constante ensayo y error, que no mirasen las cifras que genera su propio sistema de información estadístico, las cifras están allí y revelan a cada paso la erosión de las políticas públicas y del modelo que mantiene la actual administración.  

1 Siga este link   banca  para descargar la data que sirve de base al análisis.
2 Y estamos hablando de la formación bruta de capital total, ya que a partir del 2011 el BCV dejo de publicar cifras desagregadas a nivel de los sectores público y privado.
3 Los activos productivos se definen como las disponibilidades en otros bancos del país y del exterior, las inversiones en títulos valores y los créditos vigentes y reestructurados.
4 La probabilidad de incumplimiento por parte del emisor de un título de deuda.
5 En la actualidad el nivel de reservas internacionales es de 22,948 Millones de US $, valor que representa una caída de 23.2% respecto del nivel en que cerraron las reservas en 2012. 


lunes, 23 de septiembre de 2013

¿PORQUE CRECIMOS EN EL 2do TRIMESTRE 2013?


Antes de abordar el tema vamos a permitirnos una pequeña digresión, hemos observado que la reacción inicial de cierta parte de la comunidad ligada a la esfera económica nacional, sobre todo la que ha hecho de los principales medios de comunicación su hábitat de referencia, ha expresado sorpresa ante el crecimiento del 2,6% experimentado por la economía durante el segundo trimestre del presente año; de hecho algunos de estos forjadores de opinión, han manifestado que esperaban una contracción de la economía –un crecimiento negativo- y se han permitido arrojar una sombra de duda sobre la credibilidad de los técnicos del BCV, encargados de generar dichas cifras. Debemos observar con cautela este tipo de argumentaciones, cualquier grupo de la sociedad está en pleno derecho de cuestionar las cifras, ahora bien lo que no es admisible, es que la prueba de que las cifras no son verdaderas  sea la duda que acerca de ellas mantienen algunos economistas -algo  como, aquello que yo no conozco no existe-. Cuesta creer que gente bien formada –eso presumimos- se atreva a manejar en público, argumentos tan débiles. Hasta tanto no se ofrezcan pruebas explicitas –no opiniones personales- de que el BCV está manipulando las cifras, hay que aceptarlas como verdaderas y oficiales, y los que escriben este artículo así las asumen .[1]

En los resultados económicos positivos del 2do trimestre 2013, jugo papel importante la mejora en los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras, los cuales en bolívares reales crecieron en 1,9%[2] , relevante cuando se le compara con la caída del 9,1% que los ingresos petroleros acusaron durante el 1er trimestre de este año; en otras palabras hubo más torta para repartir. Esta mejora en el valor de las exportaciones petroleras, tuvo su origen fundamentalmente en el crecimiento de 3,7% en los volúmenes exportados, los cuales habían caído en 5,6% durante el primer trimestre. Este incremento se hizo sentir de inmediato en la venta de divisas de PDVSA al BCV, la cual aumento en 24%, en contraste con la caída de 4,1% ocurrida durante el 1er trimestre; nótese también que este aumento tuvo incidencia positiva sobre la disponibilidad de divisas para las importaciones, las cuales se financian en lo fundamental a través de las divisas que entrega PDVSA al Banco Central. 

En cuanto a los ingresos provenientes de las exportaciones no petroleras los problemas continúan; durante el 2do trimestre se mantuvieron deprimidas –medidas en dólares- cayendo en 20,7% respecto del 1er trimestre 2013, sin embargo, es interesante notar que este resultado fue debido básicamente a la contracción en las exportaciones no petroleras públicas, del orden del 43,8% ya que las privadas crecieron en un 11,2% -a pesar de la sustancial apreciación de la moneda-. Esta contracción de las exportaciones no petroleras de origen público, es explicada  por la caída en las ventas de productos químicos, hierro y acero, más específicamente, mientras la producción de mineral de hierro se contrajo en 59,3%, la producción de aluminio primario no tuvo crecimiento alguno durante el 2do trimestre 2013[3] ; lo cual es reflejo de los problemas que enfrenta la nación en relación con las empresas de Guayana. Vale la pena señalar que el sector privado tiene un peso de 59% dentro de las exportaciones no petroleras, mientras el gobierno controla el 41% de las mismas, de allí la importancia de este último en la evolución de este sector.

En general la teoría estándar acerca de la demanda agregada de importaciones, sugiere que la misma viene determinada por el nivel de actividad económica y los precios relativos, sin embargo, la investigación empírica[4]  ha demostrado que el imponer restricciones para limitar las importaciones invierte la ecuación, y son las importaciones las que pasan a determinar el nivel de actividad económica, y ello se hace sentir más fuertemente sobre la productividad del sector  manufacturero, en países en los que no existen -o son escazas- las empresas nacionales competidoras de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios. Nuestro país es un ejemplo más de esta tesis, el valor del dólar en el mercado oficial -de 6,30- muy por debajo de su valor en el mercado no oficial, conlleva a que la demanda de divisas para importar se situé muy por encima de la oferta, conduciendo a las autoridades monetarias a la aplicación de esquemas de racionamiento; ahora bien, ¿quién ha obtenido estas divisas oficiales escazas durante el 1er y 2do trimestre? Las cifras de la balanza de pagos -en dólares- parecen sugerir que no ha sido el sector privado, ya que las importaciones privadas durante los dos primeros trimestres del año han caído en 10,6% y 9,6% respectivamente, mientras que las importaciones públicas se incrementaron durante el 1er y 2do trimestre en 22,4% y 25,1% respectivamente, en estas últimas predominaron los productos químicos y refinados para la industria petrolera, alimentos, medicinas, insumos médicos y productos requeridos por el sector eléctrico nacional. Las cifras muestran que se ha producido un desplazamiento del sector privado por el sector público; más aún, el peso del sector público en las importaciones es de un 45% y el del sector privado es del orden del 55%, por ende, la contracción de las importaciones privadas tendrá un impacto negativo mayor sobre el nivel de actividad económica. De hecho, al revisar las cifras de las importaciones de bienes y servicios -en bolívares reales- se observa que las mismas crecieron apenas un 0,1% en el 2do trimestre, cuando para el 1er trimestre habían aumentado en un 1,6%. Muy por debajo de los niveles que son necesarios para mantener el crecimiento del 5,5%, que la economía exhibió durante el año 2012.

Otra de las razones por las cuales tomo impulso la economía en este 2do trimestre fueron los incrementos salariales, lo cual es evidenciado por el crecimiento del 5,5% en el consumo privado, representando una aceleración de 2,4 puntos porcentuales respecto del primer trimestre, en el cual el consumo privado creció en un 3,1%. Por otro lado, preocupa la caída de 2,9% en la inversión bruta fija, luego de haber crecido un 9,5% durante el primer trimestre; indicando que algo se ha venido abajo en relación con la construcción de edificaciones, equipos de transporte y otras maquinarias y equipos. Se hace necesario volver a contar –por parte del BCV- con las cifras de formación bruta de capital desagregadas en públicas y privadas, las cuales presentan un retraso de dos años –la fecha más actual es 2010-, sin ellas sólo podemos especular.

Al realizar un ejercicio de proyección del producto interno bruto mediante técnicas de series de tiempo, con la finalidad de contestar a la pregunta, ¿Cuál será el crecimiento de la economía venezolana durante el año 2013, de mantenerse las tendencias actuales? Obtenemos[5] :



un crecimiento esperado del orden del 3%, muy cercano a la nueva meta fijada por el tren económico del gobierno.

Un comentario final: en una economía productiva, “sana” y con contenido social, ante la afirmación de que el producto interno bruto  ha crecido por undécimo trimestre consecutivo, uno esperaría que esto se reflejara en un sólido estado de la macroeconomía, sin embargo, lo que se observan son notas discordantes como por ejemplo, una inflación anualizada de 45,4%; por un lado se alcanza una tasa de desempleo de 7,6% -a julio- casi en niveles de pleno empleo, mientras por otro lado se tiene una caída de 2,9% en la inversión bruta fija total[6]  -pública más privada-; un incremento relevante en la industria manufacturera privada de un 6,1% y en la oferta de divisas para importaciones, pero a la par hay desabastecimiento de productos; una política de estímulo a la disminución de la demanda de electricidad -el servicio de los servicios- pero a la vez, una tarifa eléctrica tan baja que no permite recuperar los costos de producirla, ¿qué sector residencial va a reducir el consumo de electricidad, cuando en su uso prácticamente no tiene que pagar por ello? Estas contradicciones son producto del actual modelo económico  -tampoco es cierto que todo en el haya sido un fracaso-, es ingenuo pensar que la génesis de estas contradicciones se encuentra en la falta de divisas para importaciones, y la creencia de que  un nuevo mecanismo para agilizar su flujo resolverá estos problemas por si solos, la dinámica económica diaria nos lleva a inferir que las autoridades en materia económica, parecen no comprender en profundidad el problema económico actual en que estamos sumergidos y es preocupante porque el tiempo se agota; hoy más que nunca vale tener presente lo señalado por Albert Einstein en alguna ocasión, respecto de la poca eficacia de los políticos en la consecución del bienestar de las naciones que lideran, “si quieres resultados diferentes, tienes que pensar diferente”.


[1] Ninguno de los autores trabaja en el BCV.
[2] Respecto del mismo trimestre del año anterior.
3] Ver Estadísticas de Indicadores Físicos del BCV.
[4] Ver Hemphill, William L., (1974), “The Effect of Foreign Exchange Receipts on Imports of Less Developed Countries, Staff Papers, International Monetary Fund, Vol. 21.
[5] Ver Sección de Estadísticas.
[6] Durante el 2do trimestre 2013.

 
/*