lunes, 23 de septiembre de 2013

¿PORQUE CRECIMOS EN EL 2do TRIMESTRE 2013?


Antes de abordar el tema vamos a permitirnos una pequeña digresión, hemos observado que la reacción inicial de cierta parte de la comunidad ligada a la esfera económica nacional, sobre todo la que ha hecho de los principales medios de comunicación su hábitat de referencia, ha expresado sorpresa ante el crecimiento del 2,6% experimentado por la economía durante el segundo trimestre del presente año; de hecho algunos de estos forjadores de opinión, han manifestado que esperaban una contracción de la economía –un crecimiento negativo- y se han permitido arrojar una sombra de duda sobre la credibilidad de los técnicos del BCV, encargados de generar dichas cifras. Debemos observar con cautela este tipo de argumentaciones, cualquier grupo de la sociedad está en pleno derecho de cuestionar las cifras, ahora bien lo que no es admisible, es que la prueba de que las cifras no son verdaderas  sea la duda que acerca de ellas mantienen algunos economistas -algo  como, aquello que yo no conozco no existe-. Cuesta creer que gente bien formada –eso presumimos- se atreva a manejar en público, argumentos tan débiles. Hasta tanto no se ofrezcan pruebas explicitas –no opiniones personales- de que el BCV está manipulando las cifras, hay que aceptarlas como verdaderas y oficiales, y los que escriben este artículo así las asumen .[1]

En los resultados económicos positivos del 2do trimestre 2013, jugo papel importante la mejora en los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras, los cuales en bolívares reales crecieron en 1,9%[2] , relevante cuando se le compara con la caída del 9,1% que los ingresos petroleros acusaron durante el 1er trimestre de este año; en otras palabras hubo más torta para repartir. Esta mejora en el valor de las exportaciones petroleras, tuvo su origen fundamentalmente en el crecimiento de 3,7% en los volúmenes exportados, los cuales habían caído en 5,6% durante el primer trimestre. Este incremento se hizo sentir de inmediato en la venta de divisas de PDVSA al BCV, la cual aumento en 24%, en contraste con la caída de 4,1% ocurrida durante el 1er trimestre; nótese también que este aumento tuvo incidencia positiva sobre la disponibilidad de divisas para las importaciones, las cuales se financian en lo fundamental a través de las divisas que entrega PDVSA al Banco Central. 

En cuanto a los ingresos provenientes de las exportaciones no petroleras los problemas continúan; durante el 2do trimestre se mantuvieron deprimidas –medidas en dólares- cayendo en 20,7% respecto del 1er trimestre 2013, sin embargo, es interesante notar que este resultado fue debido básicamente a la contracción en las exportaciones no petroleras públicas, del orden del 43,8% ya que las privadas crecieron en un 11,2% -a pesar de la sustancial apreciación de la moneda-. Esta contracción de las exportaciones no petroleras de origen público, es explicada  por la caída en las ventas de productos químicos, hierro y acero, más específicamente, mientras la producción de mineral de hierro se contrajo en 59,3%, la producción de aluminio primario no tuvo crecimiento alguno durante el 2do trimestre 2013[3] ; lo cual es reflejo de los problemas que enfrenta la nación en relación con las empresas de Guayana. Vale la pena señalar que el sector privado tiene un peso de 59% dentro de las exportaciones no petroleras, mientras el gobierno controla el 41% de las mismas, de allí la importancia de este último en la evolución de este sector.

En general la teoría estándar acerca de la demanda agregada de importaciones, sugiere que la misma viene determinada por el nivel de actividad económica y los precios relativos, sin embargo, la investigación empírica[4]  ha demostrado que el imponer restricciones para limitar las importaciones invierte la ecuación, y son las importaciones las que pasan a determinar el nivel de actividad económica, y ello se hace sentir más fuertemente sobre la productividad del sector  manufacturero, en países en los que no existen -o son escazas- las empresas nacionales competidoras de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios. Nuestro país es un ejemplo más de esta tesis, el valor del dólar en el mercado oficial -de 6,30- muy por debajo de su valor en el mercado no oficial, conlleva a que la demanda de divisas para importar se situé muy por encima de la oferta, conduciendo a las autoridades monetarias a la aplicación de esquemas de racionamiento; ahora bien, ¿quién ha obtenido estas divisas oficiales escazas durante el 1er y 2do trimestre? Las cifras de la balanza de pagos -en dólares- parecen sugerir que no ha sido el sector privado, ya que las importaciones privadas durante los dos primeros trimestres del año han caído en 10,6% y 9,6% respectivamente, mientras que las importaciones públicas se incrementaron durante el 1er y 2do trimestre en 22,4% y 25,1% respectivamente, en estas últimas predominaron los productos químicos y refinados para la industria petrolera, alimentos, medicinas, insumos médicos y productos requeridos por el sector eléctrico nacional. Las cifras muestran que se ha producido un desplazamiento del sector privado por el sector público; más aún, el peso del sector público en las importaciones es de un 45% y el del sector privado es del orden del 55%, por ende, la contracción de las importaciones privadas tendrá un impacto negativo mayor sobre el nivel de actividad económica. De hecho, al revisar las cifras de las importaciones de bienes y servicios -en bolívares reales- se observa que las mismas crecieron apenas un 0,1% en el 2do trimestre, cuando para el 1er trimestre habían aumentado en un 1,6%. Muy por debajo de los niveles que son necesarios para mantener el crecimiento del 5,5%, que la economía exhibió durante el año 2012.

Otra de las razones por las cuales tomo impulso la economía en este 2do trimestre fueron los incrementos salariales, lo cual es evidenciado por el crecimiento del 5,5% en el consumo privado, representando una aceleración de 2,4 puntos porcentuales respecto del primer trimestre, en el cual el consumo privado creció en un 3,1%. Por otro lado, preocupa la caída de 2,9% en la inversión bruta fija, luego de haber crecido un 9,5% durante el primer trimestre; indicando que algo se ha venido abajo en relación con la construcción de edificaciones, equipos de transporte y otras maquinarias y equipos. Se hace necesario volver a contar –por parte del BCV- con las cifras de formación bruta de capital desagregadas en públicas y privadas, las cuales presentan un retraso de dos años –la fecha más actual es 2010-, sin ellas sólo podemos especular.

Al realizar un ejercicio de proyección del producto interno bruto mediante técnicas de series de tiempo, con la finalidad de contestar a la pregunta, ¿Cuál será el crecimiento de la economía venezolana durante el año 2013, de mantenerse las tendencias actuales? Obtenemos[5] :



un crecimiento esperado del orden del 3%, muy cercano a la nueva meta fijada por el tren económico del gobierno.

Un comentario final: en una economía productiva, “sana” y con contenido social, ante la afirmación de que el producto interno bruto  ha crecido por undécimo trimestre consecutivo, uno esperaría que esto se reflejara en un sólido estado de la macroeconomía, sin embargo, lo que se observan son notas discordantes como por ejemplo, una inflación anualizada de 45,4%; por un lado se alcanza una tasa de desempleo de 7,6% -a julio- casi en niveles de pleno empleo, mientras por otro lado se tiene una caída de 2,9% en la inversión bruta fija total[6]  -pública más privada-; un incremento relevante en la industria manufacturera privada de un 6,1% y en la oferta de divisas para importaciones, pero a la par hay desabastecimiento de productos; una política de estímulo a la disminución de la demanda de electricidad -el servicio de los servicios- pero a la vez, una tarifa eléctrica tan baja que no permite recuperar los costos de producirla, ¿qué sector residencial va a reducir el consumo de electricidad, cuando en su uso prácticamente no tiene que pagar por ello? Estas contradicciones son producto del actual modelo económico  -tampoco es cierto que todo en el haya sido un fracaso-, es ingenuo pensar que la génesis de estas contradicciones se encuentra en la falta de divisas para importaciones, y la creencia de que  un nuevo mecanismo para agilizar su flujo resolverá estos problemas por si solos, la dinámica económica diaria nos lleva a inferir que las autoridades en materia económica, parecen no comprender en profundidad el problema económico actual en que estamos sumergidos y es preocupante porque el tiempo se agota; hoy más que nunca vale tener presente lo señalado por Albert Einstein en alguna ocasión, respecto de la poca eficacia de los políticos en la consecución del bienestar de las naciones que lideran, “si quieres resultados diferentes, tienes que pensar diferente”.


[1] Ninguno de los autores trabaja en el BCV.
[2] Respecto del mismo trimestre del año anterior.
3] Ver Estadísticas de Indicadores Físicos del BCV.
[4] Ver Hemphill, William L., (1974), “The Effect of Foreign Exchange Receipts on Imports of Less Developed Countries, Staff Papers, International Monetary Fund, Vol. 21.
[5] Ver Sección de Estadísticas.
[6] Durante el 2do trimestre 2013.

 
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